En el Estado español, al ser una Estado formado por Comunidades Autónomas con legislaciones propias, tiene 20 regulaciones distintas sobre el Impuesto de Sucesiones y Donaciones. Hasta hace poco, de todas ellas la más perjudicial era, ya que no contenía ningún tipo de bonificación para el contribuyente, la contemplada para los no residentes.
Por ejemplo, en el caso de una herencia a favor de dos hermanos en el que uno de los cuales ha tenido que emigrar en busca de trabajo el que ya no reside en España tenía que pagar una cantidad más que respetable de impuesto de sucesiones mientras que el otro hermano es muy probable que saliera bastante beneficiado de las exenciones marcadas por las distintas regulaciones de cada comunidad autónoma.
Todo esto se ha acabado. Pertenecer a la Unión Europea implica que no haya discriminaciones por el lugar de residencia de sus habitantes ni dificultades para la libre circulación de los capitales. Este septiembre, mediante una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, se ha obligado al gobierno español a corregir estas diferencias con los no residentes por lo que a partir de ahora, una persona aunque ya no resida en España podrá beneficiarse igual que un residente. Por fin se acaba la discriminación y el hecho de tener que irse del país no implica que te va a salir mucho más caro heredar el patrimonio familiar.
